Alma perdida
El niño le pregunta a su abuelita:
- Abue: ¿todos tenemos alma?
- Sí, hijito. El padre Ripalda nos enseña que todos tenemos alma.
- Pues yo creo que mi mamá ya no la tiene.
- Pero, ¿por qué?
- Es que ayer mi papá llegó de un viaje. Un señor saltó por la ventana
de la recámara de mi mamá, y ella dijo: "Adiós, mi alma".
(anónimo)