Atrás de la nopalera
Una lozana rancherita le cuenta a una amiga que su novio la había
llevado atrás de la nopalera. Ahí la tumbó y luego se le subió encima.
- ¿Y tú qué hiciste? -pregunta la amiga-.
- Nada -responde Bucolina-. Cuando quise gritar no pude, y cuando pude
gritar no quise.
(anónimo)