La bicicleta del padre
El día domingo se levanta alegre y jovial el padrecito del pueblo. Se
prepara para celebrar la primera misa del día, cuando al salir de su
cuartito se da cuenta que no está su bicicleta.
"¿Qué? ¿Pero dónde está?", y preocupado comienza a preguntar a todas
las personas que ve en la calle si no vieron quién robó su bicicleta.
Al no obtener respuesta afirmativa de nadie, llega la hora de la misa
y entra molesto al templo.
A la hora de su sermón, habla enérgicamente al pueblo:
- Esta mañana me he decepcionado de todos ustedes. No es posible, me
hayan robado la bicicleta. ¿Acaso ya han olvidado los diez
mandamientos? A ver repasemos:
El primero, Amarás a Dios sobre todas las cosas: Ustedes no están
amando nada porque me robaron la bicicleta.
Segundo, No jurarás el nombre de Dios en vano: Y ustedes juran y
juran que no me robaron la bicicleta.
Tercero, Santificarás las fiestas: Y no están santificando el día
del Señor porque me robaron la bicicleta.
Cuarto, Honrarás a tu padre y a tu madre: Y no los están honrando
porque me robaron la bicicleta.
Quinto, No matarás: Y ustedes están matando la ilusión de que yo
tenga mi bicicleta.
Sexto, No fornicarás: ¡Ya me acordé dónde está la bicicleta...!
(anónimo)