Bien portado
Un pequeño señor llegó a las puertas del Cielo, y ahí lo recibió San
Pedro:
- Vamos a ver. En vida allá en la tierra, ¿bebías de vez en cuando una
copita?
- Jamás probé el licor.
- ¿Te desvelabas algunas veces con amigos?
- No. Siempre me la pasé en mi casa.
- ¿Tuviste aventuras amorosas?
- Ninguna. Aun viviendo en el mundo me mantuve siempre casto.
Le pregunta entonces San Pedro con enojo:
- ¿Y entonces por qué no llegaste antes, grandísimo pendejo? ¿Qué
chingaos estabas haciendo allá?
(anónimo)