Cabello en desgracia
Llega un tipo al trabajo y todos se le quedan viendo. Traía el pelo
hecho una desgracia: tijeretazos por aquí; mechones parados por allá;
partes rapadas; una patilla más larga que la otra.
- ¿Qué te pasó? -le pregunta alguien-.
- Sería muy largo de contar -responde el tipo-. Pero un consejo sí le
doy: jamás discutan de política con un peluquero.
(anónimo)