Cabeza, duérmete
Una señora les contaba a sus amigas la forma en que su marido había
logrado vencer al insomnio:
- Usa un procedimiento de autosugestión. Se va hipnotizando a sí mismo
poco a poco. Ya acostado comienza a hablarles a las diversas partes
de su cuerpo. Les ordena: Cabeza, duérmete... Cuello, duérmete...
Tórax, duérmete... Estómago, duérmete.... Muslos, duérmanse...
- Oye -la interrumpe con pícara sonrisa una de las amigas-. Te
saltaste algo.
- No, eso ya lo tiene dormido desde hace varios años.
(anónimo)