Celibato
En la fiesta una impertinente mujer asediaba a un sacerdote
preguntándole con insistencia qué pensaba acerca del celibato
sacerdotal. Harto ya de la tenacidad de la mujer el curita se decide a
contestarle:
- Mire, señora. Voy a decirle lo que pienso del celibato. Al acostarme
por la noche lo lamento; pero cuando me levanto en la mañana le doy
las gracias al Señor por él.
(anónimo)