Cuadro de Adán y Eva
Un alemán, un francés, un inglés, y un argentino convergieron en el
Museo del Louvre delante de un cuadro de Adán y Eva en el Paraíso.
El alemán habla:
- Mirad que perfección de cuerpos: ella esbelta y espigada, él con ese
cuerpo atlético, los músculos perfilados... Deben de ser alemanes.
Inmediatamente, el francés reacciona:
- No lo creo. Es claro el erotismo que se desprende de ambas
figuras... ella tan femenina... el tan masculino... saben que pronto
llegará la tentación... Deben ser franceses.
Moviendo negativamente la cabeza el inglés comenta:
- Para nada. No habéis sabido captar... la serenidad de sus rostros,
la delicadeza de la pose, la sobriedad del gesto. Sólo pueden ser
ingleses.
Después de unos segundos más de contemplación el argentino exclama:
- No estoy de acuerdo. Miren bien: no tienen ropa, no tienen zapatos,
no tienen casa, sólo tienen una triste manzana para comer y todavía
piensan, los muy agrandados y creído, que están en el Paraíso. Esos
boludos sólo pueden ser argentinos.
(anónimo)