Entrégate al Señor
La joven mucama le cuenta sus cuitas al párroco del pueblo:
- No sé qué hacer, padre. La señora de la casa donde estaba de
sirvienta me despidió y estoy sin trabajo.
- Vamos, hija. No te angusties. Entrégate al Señor y ya verás cómo
todo se arregla.
- Me entregué al señor, padre. Precisamente por eso me despidió su
esposa.
(anónimo)