Estaba escrito
Tarde de invierno. Hotel de provincia. Llueve. Él termina hojeando una
biblia que hay sobre el buró.
Al rato se anima y descuelga el teléfono.
- ¿Recepción?
- Buenas tardes, señorita. ¿Tienen horario de trenes?
- Pues no, lo siento,
- No importa, gracias. Por cierto, ¡que voz tan agradable tiene usted!
Me pregunto a qué hora termina su turno...
Echando mano de toda su labia, convence a la telefonista para que se
tome una copa en su habitación.
La telefonista sube y terminan en la cama.
Después de hacer el amor, la telefonista, con ojos risueños, dice:
- ¡Quién iba a decir que iba a terminar en la cama contigo! Si apenas
nos conocemos...
- Pues te vas a sorprender, pero yo lo sabía. Está escrito en la
Biblia.
- ¿En la Biblia? ¡Qué dices! ¿En qué capítulo? ¿En qué versículo?
- No, no, aquí en la primera página... ¡Mira!: "A la recepcionista le
encanta la verga."
(anónimo)