Feligresa reformada
El padre del pueblo se topó en una calle de la capital con una
muchacha que había sido su feligresa. Le dice:
- Me da mucho gusto verte. Espero que hayas cambiado, porque cuando
vivías en el pueblo eras muy aficionada a los hombres.
- He cambiado totalmente, padre. Ahora soy profesional.
(anónimo)