Gallego prevenido
Llega Venancio a la oficina rodando una llanta de automóvil. Explica:
- Para que no me roben el coche le quito una llanta.
- Parece buena idea -comenta uno-, pero ha de ser algo engorroso
quitársela cada vez que lo estacionas.
- No, porque la llanta que le quito es la de refacción.
(anónimo)