Genuina admiración
Un sujeto iba manejando su coche por las afueras de la ciudad cuando
al pasar por el alto puente sobre el río vio a una mujer que se
disponía a lanzarse desde ahí con ánimo evidente de quitarse la
existencia. Frenó y corriendo fue hacia la desdichada. Grande fue su
sorpresa cuando en ella reconoció a una muchacha ingenua a quien él
había seducido valiéndose de su untuosa labia.
- ¿Se puede saber qué haces, preciosa?
- Estoy embarazadade ti y sé que no me cumplirás la palabra de esposo
que me diste. Abandonada, temerosa del severo juicio del mundo y de
la gente, que no perdona la fragilidad de la mujer, me dispongo a
arrebatarme la vida.
- ¡Caramba! -exclama él lleno de admiración, y emocionado-. No sólo
eres muy linda: ¡también sabes cómo resolver un problema!
(anónimo)