Golf hasta el ocaso
Un golfista de Quebec le dice a su mujer:
- Mira nada más, todavía no términa el invierno y ya tenemos sol casi
hasta las seis de la tarde. Si continua así, el sábado me iré
temprano a jugar golf hasta que obscurezca.
Llega el sábado y el hombre se levanta como él había previsto, se
viste, saca sus palos de golf, los mete al auto, habre el garage y
parte rumbo al club, cuando, subitamente, comienza a nevar fuertísimo
y se ve obligado a regresar. Al entrar a la casa decide regresar de
nuevo a la cama. Acariciando las piernas de su mujer le suzurra al
oido:
- Querida, despierta y aprovechemos el tiempo, ¿quieres?
Y ella responde entredormida:
- No te impacientes, el estúpido de mi marido se fue a jugar golf y no
regresa hasta que anochezca.
(anónimo)