El loro en el congelador
Un hombre recibió un loro por su cumpleaños. Ya era un loro adulto,
con una muy mala actitud y un vocabulario de verdulera. Cada frase que
decía estaba adornada por alguna palabrota y siempre de muy mal genio.
El dueño trató desde el primer día de corregir la actitud del loro,
diciéndole palabras bondadosas y con mucha educación. Le ponía música
suave y siempre lo trataba con mucho cariño. Todo sin encontrar
resultado.
Llego un día en que el hombre perdió la paciencia y le gritó al loro,
el cual se puso mas grosero aún, hasta que, en un momento de
desesperación, el hombre metió al loro en el congelador. Por un par de
minutos pudo escuchar los gritos del ave y el revuelo que causaba en
el compartimiento, hasta que de pronto todo fue silencio.
Luego de un rato, el hombre temeroso de haber matado al loro,
rápidamente abrió la puerta del congelador. El loro salió y con mucha
calma dio un paso al hombro de su dueño y dijo: "Siento mucho haberte
ofendido con mi lenguaje y actitud. Te pido me disculpes y te prometo
que en el futuro vigilaré mucho mi comportamiento."
El hombre estaba sorprendido del tremendo cambio en la actitud del
loro y estaba a punto de preguntarle qué es lo que lo había hecho
cambiar de esa manera, cuando el loro continuó "¿Te puedo preguntar
algo? ¿Qué fue lo que hizo el pollo?"
(anónimo)