Migraña
El señor fue con un médico, pues padecía fuertes dolores de cabeza. Le
dice el facultativo:
- Cuando me asalta una jaqueca reclino la cabeza en el busto de mi
esposa. Su suavidad y tibieza bastan para que el dolor desaparezca.
Haga usted lo mismo.
Horas después el paciente llama por teléfono al galeno:
- Puse en práctica el remedio que me indicó, doctor, y dio buen
resultado: el dolor de cabeza desapareció. Dígame por favor el monto
de sus honorarios, y también cuánto le debo a su señora esposa.
(anónimo)