NO SE OYE
El padre de una iglesia tiene sospechas de que el sacristán se está
robando las limosnas del templo, así que lo afronta durante su
confesión.
- Mira Ramón, ya que estamos bajo el sacramento de confesión y que lo
que digas se quedará conmigo. Dime hijo, ¿quién se está robando las
limosnas de la iglesia?
- ¿Qué dice padre?, no se oye.
- Ramón, hijo tú sabes a qué me refiero, dime quién se está robando
las limosnas del templo.
- Padre Fidencio, ¿qué dice?, no se oye nada.
- ¿Cómo que no se oye?, no te hagas.
- Padre, véngase usted para este lado y verá.
Los dos cambian de lugar y el sacristán le dice:
- A ver padre Fidencio, ¿quién se está cogiendo a la esposa del
panadero y a la secretaria de la notaría parroquial?
- Tienes razón hijo, no se oye nada.
(anónimo)