Novio nonagenario
A los 95 años de edad, don José se casó con Juana, de 25 años.
Debido a que su marido es tan viejo, Juana decide que después de su
boda ella y don Pedro deben tener dormitorios separados.
Después de las festividades de la boda, Juana se prepara para la cama
y se escuchan golpes en la puerta y al abrir está don Pedro, con sus
95 años listo para la acción. Concluido el acto Don Pedro vuelve a su
dormitorio.
Después de algunos minutos, Juana oye otros golpes en la puerta del
dormitorio... y ¡es don Pedro! Otra vez listo para la segunda vuelta.
Sorprendida, Juana acepta.
Finalmente, don Pedro besa a su novia, le da un cariñoso buenas noches
y se va.
Luego de otro rato don Pedro está otra vez tocando la puerta, y tan
fresco como un muchacho de 25 años, listo una vez más, lo que
sorprende a su esposa, que le dice:
- Me impresiona que a tu edad puedas repetir ésto tan frecuentemente.
He estado con hombres con un tercio de tu edad incapaces de seguirte
el tren. Eres en verdad un gran amante, Pedro.
Y don Pedro, desconcertado, le pregunta a Juana:
- ¿Cómo... ya estuve aquí?
(anónimo)