Nueva tienda
Dos hombres de negocios estaban descansando en la vidriera antes de
abrir una tienda nueva en el centro de la ciudad. Y como la tienda no
estaba lista, solo tenía unos cuantos estantes vacíos.
Un socio le dice al otro:
- Te apuesto que en cualquier minuto va a pasar algun pensionado o
jubilado y va a poner la cara en la vitrina y preguntarnos qué
estamos vendiendo.
Apenas terminaba de decir eso, cuando se acerca una viejita y se asoma
por la ventana y le pregunta a los empresarios:
- ¿Qué están vendiendo aquí?
Uno de los socios le responde sarcásticamente:
- Estamos vendiendo pendejos.
Sin inmutarse un solo segundo, la viejecita les contesta:
- Pues les debe de estar yendo muy bien, porque nomás les quedan dos.
(anónimo)