Osos conversos
Un pastor protestante, un cura católico y un rabino judío fueron a
cierto paraje de la montaña que abundaba en osos. Acordaron buscar un
oso cada quién y tratar de convertirlo a su respectiva religión. Salió
el pastor protestante, y regresó poco después lleno de alegría:
- Praise the Lord! Hallé un oso y me propuse hacerlo renacer en
Jesucristo. Empecé por la predicación. Tras escuchar mi sermón el
oso aceptó a Jesús como su único y verdadero salvador.
Salió en seguida el cura católico, y volvió a poco, jubiloso:
- ¡Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar! Hallé un oso y me
propuse hacerlo entrar en el seno de la Iglesia. Empecé por la
catequización. Después de oír mi lectura del Catecismo el oso pidió
ser bautizado.
Salió a continuación el rabino judío, y al cabo de poco tiempo
regresó. Venía sangrando profusamente de rostro, pecho y brazos; traía
todo el cuerpo lleno de golpes, heridas y laceraciones. Le preguntaron
alarmados sus amigos:
- ¿Qué te sucedió?
- ¡Oy, oy, oy! Hallé un oso y me propuse atraerlo a nuestra milenaria
fe. Creo que fue un error haber empezado por la circuncisión...
(anónimo)