Reglas para no amariconarse
Esto es real como la vida misma. Muy recomendable para saber con quién
nos la estamos jugando. En estos tiempos impíos, se permiten
homosexuales en el ejército, en puestos políticos, en todos lados,
ahora hasta Supermán es homosexual. !CUIDADO!, hay que estar
prevenidos: cualquiera puede ser maricón. Así que para protegernos de
semejante epidemia he hallado los siguientes consejos, actitudes y
comportamientos que hay que evitar, para que todos tengamos a salvo
nuestra retaguardia y sigamos siendo MACHOS, MACHOTES.
Reglas para no ser un maricón:
1. El que llega a los tres sin tener barriga seguro que es homosexual.
No hay nada más que decir.
2. No comer "pelón pelo rico" y otras cosas de esas que se chupan.
Las únicas cosas que un hombre de verdad puede chupar son las
patas de marrano, el chicarrón, los huesos de pollo, las cabezas
de los langostinos, las patas de cangrejo, cualquier otro tipo de
marisco y a las mujeres. Todo lo demás que se chupe son
mariconadas y punto.
3. Tener gato... ¡Por Dios! Sólo un homosexual consumado tendría gato.
Un gato es como un perro pero en maricón: no tiene sentido común,
se lava con su propia lengua, come pescado y nunca se emborracha.
Es decir, el hombre que tiene un gato en casa vive en una profunda
relación homosexual. Fíjense que a un perro se le llama con
dignidad masculina: "¡Hércules, cabrón, ven aquí!", pero a un gato
"Bsss-bsss-bsss-bsss-bsss, micifú.. micifúuu ven bonito" ¡Ridículo!
¡Marica!
4. No ir de campamento porque no hay sitio para cagar: Un hombre caga
donde más le apetece. Quien nunca ha experimentado ver a un animal
silvestre, con los calzoncillos bajados, no sabe lo que es ser un
hombre. Lo que las mujeres no saben es que ir de campamento es en
verdad una excusa para los hombres, para mear por todo el campo y
así marcar el territorio como los MACHOS.
5. Mirar el buzón del correo todos los días al llegar a casa: Eso es
de maricones, un hombre macho llega a casa después de ocho horas
de duro trabajo y tres de tomar copas con los amigos, cansado,
sudado y medio pedo... así que, ¿qué piensan que es lo primero que
hace? ¿Mirar el correo? ¡Por el amor de Dios!, un hombre sólo mira
el buzón si le cortan el agua, la luz o el gas. Además, ¿han visto
las llaves de los buzones, lo pequeñas que son? Vean que no están
hechas para los fuertes dedos masculinos. Son sólo para chicas y
afeminados.
6. Pedir cafes descafeinados, café con leche descremada o similares:
¡Maricón! A ver, un café es un café, es fuerte, intenso,
aromático... ¡es masculino! Las únicas cosas que se le pueden
añadir al café son leche entera, coñac y whiski, y todo lo demás
son cosa de mujeres. Dónde se ha visto "Oiga señorita, me da un
cafecito con leche descremada." ¡Mariconazo!
7. Saber el nombre de más de cuatro pasteles: Un hombre solo conoce,
como mucho, el de chocolate, el panque, la mantecada y el
milhojas. Lo suficiente para poder desayunar y tomar postre a la
hora de comer. Donde se ha visto que un hombre como Dios manda
entre a una pastelería y diga "Disculpe, ¿me podría dar una
frasier, una mousse de frambuesa y un Éclaire?" Vamos, con 20
equipos en el campeonato y 24 jugadores en cada equipo... ¿a quién
le queda sitio en la memoria para recordar los nombres de los
dulces?
8. Ir a la feria del libro. M-a-r-i-c-a. ¿Para qué gastarse los pocos
pesos que nos quedan en libros, cuando se puede ir a una feria
agrícola y dedicarse a beber? Una feria de hombres es levantarse
aún crudo a las siete y media de la mañana, ponerse los zapatos e
irse para un desayuno campestre, a una exhibición de carros, una
de deportes extremos en el Ajusco o a un partido de futbol. Una
feria de hombres significa cervezas, mujeres guapas, cosas que
manchen, risas, pedos y eructos, y jamás es pasarse el día entre
libritos de mierda y sus amanerados autores firmándolos.
9. Conducir con las dos manos: homosexual. ¡Rehomosexual! Si los
"cowboy"s consiguen atar con el lazo a los carneros con una sola
mano, ¿por qué un hombre ha de necesitar las dos para agarrar el
volante? El último sitio donde un hombre necesita tener dos manos
es precisamente el volante. Las dos manos manejando sólo se usan
para dos cosas: adelantar o tocar el claxon, para el resto la mano
derecha ha de estar libre para poder sintonizar el partido en la
radio, hablar por el celular, agarrar la cerveza y sobretodo para
meterle la mano a la vieja que va al lado.
10. Mirar la fecha de caducidad de los alimentos en el supermercado:
¡de puñales! Un hombre no mira esas cosas porque es inmune a los
alimentos caducados. Como se ha dicho, es una maquina
autosuficiente en salud, y unas salchichas caducadas o un trozo de
pollo crudo y vencido son beneficiosas para la fauna intestinal
masculina. Por no hablar de los que tocan las verduras, los
tomates, los pimientos, etc. en el supermercado para ver si estan
buenos... pinches jotos.
11. Que si el calentador de agua no sirve, calentar agua en la estufa
para bañarse: ¡remarica! Si no hay agua caliente, báñese con agua
fría, sea hombre... Es muy putito ir con la ollita al baño para
bañarse. O de plano ni bañarse, así en su jugo es bueno chambear,
para recordar lo cerdos y machotes que podemos ser, barba rasposa
y pelos alborotados a la orden, ¡pues que chingados!
12. Si después del baño de la mañana, tienes tu rutina de limpieza con
cremitas humectantes, suavizante de manos y manicure: ¡muy puto!
Sólo le falta maquillarse para ser una mujercita. Marica, puñal,
reputo, soplanucas....
LOS MACHOS SOMOS UNA ESPECIE EN VÍAS DE EXTINCIÓN, POR FAVOR
CONTRIBUYAMOS A PRESERVARLA. BESITOS A TODOS... ¡Ajjjaammm¡ ¡COF¡
¡HUEVOS CABRONES!
(anónimo)