El pavo del deudor
Un acreedor sorprende a su deudor comiéndose un pavo:
- Increíble, que no me pague lo que me debe y tenga usted el valor de
comerse un pavo en mi presencia.
- Si supiera usted por qué lo hago, tendría compasión de mí.
- ¿Por qué se lo come?
- Porque no puedo mantenerlo...
(anónimo)