El penal
La esposa se despierta a las cinco de la madrugada dando gritos y
saltos en la cama. El marido, ante tanto ruido, también se despierta y
viendo a su esposa tan alterada, nerviosa, acalorada, sudorosa, le
pregunta:
- María, ¿qué te ocurre?
- Paco, he tenido un sueño rarísimo, muy extraño.
- Cuéntame -dice él.
- Estaba paseando por un prado verde precioso, lindas flores,
mariposas multicolores, pajaritos volando, casi un paraíso. De
pronto empezó a llover, cada vez más fuerte y no tenía donde
protegerme. A lo lejos, ví un árbol muy grande y corrí hacia él.
Paco, el árbol era un penal.
- María -dice el marido-, sería un peral... P-E-R-A-L, de peras.
- No, no, un penal; tenía colgando de sus ramas, como a dos metros de
altura, más de 500 penes preciosos, 30 centímetros, rosados,
divinos... y yo saltando y tratando de alcanzar uno me pasé cuatro
horas sin conseguirlo.
- María -dice el marido-, eres muy tonta; estando el mío tan cerca,
con alargar el brazo lo hubieses tenido.
- ¡No me jodas Paco! Como el tuyo había más de 200 tirados por el
suelo...
(anónimo)