POR CIERTO
Aquel muchacho, cortejador profesional llega al departamento de la
guapa chica y la invita a ir al ballet. "No puedo," dice la muchacha,
"el doctor me dijo que me quedara en casa porque tengo algo que no
recuerdo como se llama". El muchacho entonces le dice que en ese caso
se quedará con ella. Poco después los dos se entregan a apasionadas y
ardientes expresiones de mutuo y recíproco amor. Ya para irse el
muchacho, la chica le pregunta: "Por cierto, ¿qué ballet era el que se
presentaba?" "Las Sílfides," responde él. "¡Ándale!" exclama la
muchacha, "¡mas o menos así me dijo el doctor que se llama eso que
tengo!"
(anónimo)