Prácticas gentiles
Un hombre joven, judío, dejó la aldea en que vivía en Rusia con su
madre viuda y fue a buscar fortuna en América. Pasaron treinta años.
Él, rico ya, volvió a su pueblo a visitar a la autora de sus días. La
anciana mujer apenas lo reconoció:
- Qué ropa tan rara traes, hijo.
- Es la de moda en América, mamá.
- ¿Por qué no llevas barba, como la lleva aquí todo judío?
- En América los hombres se afeitan la barba, madre.
- ¿Y la comida? ¿Usas comida kosher en tu casa?
- Mamá, en América es casi imposible observar nuestras prácticas
alimentarias.
La señora se enjuga una lágrima con la punta de su delantal:
- Dime, hijo, ¿por lo menos todavía estás circuncidado?
(anónimo)