Regata olímpica
Un grupo de mexicanos veía desde un puente la competencia olímpica de
regatas. Pasan un equipo de remo y los mexicanos empiezan a
injuriarlos a grandes voces:
- ¡Culeros!, ¡cabrones!, ¡pendejos!
Los remeros ni siquiera los miran: siguen remando con perfecto compás.
En seguida pasan otros deportistas. Los mexicanos gritan a una voz:
- ¡Cabrones!, ¡pendejos!, ¡culeros!
Los de la embarcación ni aun parecieron escuchar esos insultos.
Pasó un tercer equipo. Gritan los mexicanos otra vez:
- ¡Culeros!, ¡cabrones!, ¡pendejos!
Los remeros que pasaban dejaron de bogar. Furiosos, soltaron los
remos, se pusieron de pie sobre la canoa, y esgrimiendo los puños se
pusieron a gritar a su vez:
- ¡Chinguen a su madre!, ¡pinches putos!
Los mexicanos se entusiasmaron al oír aquello:
- ¡Son los nuestros! ¡México, México!, ¡ra ra ra!
(anónimo)