Sacerdotes de vacaciones
Tres sacerdotes decidieron ir a Chile de vacaciones. Estaban
determinados a tomar una vacación real, no usando nada que pudiera
identificarlos como clérigos.
Tan pronto el avión aterrizó, se dirigieron a una tienda y adquirieron
algunas bermudas, remeras, sandalias y anteojos negros realmente
llamativos.
A la mañana siguiente bajaron a la playa vestidos con su atuendo
turístico. Estaban sentados en sus sillas de playa, bebiendo un trago
y disfrutando del sol y el paisaje, cuando una rubia despampanante,
"que mataba", usando un bikini topless pasó caminando junto a ellos y
no pudieron evitar mirarla con admiración.
Al pasar frente a ellos, la rubia sonrió y dijo "Buen día, padre",
"Buen día, padre", saludando y dirigiéndose a cada uno individualmente
al hacerlo. Ellos quedaron atónitos. ¿Cómo diablos podía ella saber
que estaba frente a sacerdotes?
De manera que al día siguiente, ellos regresaron a la tienda y
compraron prendas aún más llamativas. Una vez más, con su nuevo
atuendo, se ubicaron en sus sillas para disfrutar del sol.
Luego de un momento, la misma rubia atractiva, usando un diferente y
colorido bikini topless, volvió a pasar frente a ellos, y una vez más
los saludó diciendo
"Buen día, padre", "Buen día, padre" y comenzó a alejarse.
Uno de los clérigos no pudo evitarlo y dijo:
- Un momento, señorita.
- ¿Sí, padre?"
- Nosotros somos sacerdotes, orgullosos de serlo, pero debo saber cómo
es posible que usted sepa que somos clérigos, vestidos como estamos.
Ella replicó:
- Padre, soy yo... ¡la hermana Catalina!
(anónimo)