SALUD SEXUAL
Aprovechando la ausencia de su esposa e hijos que pasan un fin de
semana en Cuernavaca, Don Manolo se encuentra insistiendo en la puerta
del cuarto de su nueva y muy bonita sirvienta para que le abra:
- Anda María, abre la puerta que no te va a pasar nada.
- No siñor, ¡tese sosiego!.
- Mira María que te aumento el sueldo.
- ¿Y aluego que le decimos a la patrona?
- No tiene por qué entererarse rapaza.
- Ta bueno patrón, pero pase por debajo de la puerta su certificado de
que no tiene SIDA.
Don Manolo recuerda el chequeo médico que se acaba de practicar y le
pasa hasta su acta de nacimiento, ante lo cuál la sirvienta por fín
cede y Don Manolo se dá vuelo satisfaciendo sus bajos instintos.
Ya desechado todo su veneno y disfrutando de un buen tabaco, le dice
Don Manolo a la muchacha:
- Oye María, no sabes ni leer pero que bien estás enterada de las
cuestiones de salud.
- Pos sí patrón, yo inorante, inorante, ¡pero ésa chingadera no me la
pegan dos veces!
(anónimo)