Secuestrador gallego
Manolo se encontraba viviendo en Argentina y estaba pasando por serios
aprietos económicos cuando decidió meterse de lleno en la galopante
industria del secuestro.
Fue al parque mas cercano, se escondió detrás de un árbol y capturó al
primer niño que pasó, lo llevó a su casa y escribió la siguiente nota:
"Que he secuestrado a vuestro hijo, si lo quereis tener vivo y de
regreso, dejad mañana detrás del árbol de ucalitus a las 7:00 de la
mañana una bolsa de supermercado con 10.000 USD. Firmado: El Gallego".
Dobló la nota, se la pusó en el bolsillo al niño y le dijo:
"Vete directo a tu casa y enseña a vuestros padres la nota".
El día siguiente encontró la bolsa en el parque, según las
instrucciones, con los 10.000 dólares y con la siguiente nota:
"¡Joder! ¡que no puedo creer que un gallego le haga esto a otro
gallego!"
(anónimo)