Veinte pesos
En el bar un tipo le dice a una muchacha de abundoso tetamen:
- Te apuesto veinte pesos a que puedo tocarte las bubis sin tocarte la
ropa.
Ella, considerando la imposibilidad de aquello, acepta divertida. El
individuo pone sus manos sobre las bubis de la chica y las toca,
acaricia, estruja, soba, manipula, manosea y palpa a todo su sabor.
- ¡Oye! -protesta la muchacha-. ¡Pero tocaste mi ropa!
- Es cierto. Aquí tienes tus veinte pesos.
(anónimo)